Para la segunda foto, coloqué un segundo flash a la izquierda de la cámara con una gelatina azul dentro. En ambos casos trabajé con dos flashes B1 por la comodidad de trabajar sin cables en un set de este tipo.

El segundo punto de luz cumplió con la tarea de ser una luz de efecto sobre el pelo y su cara, tiñendo levemente de azul su piel. Al tratarse de una fuente de luz suave, no marcó sombras sobre el rostro y distribuyó uniformemente la tonalidad azulada. La luz que producía esta luz de efecto estaba un paso por debajo de la potencia de la luz principal producida por la pequeña ventana octogonal.

Finalmente abrí algo el encuadre y complementamos su ropa con accesorios blancos para disponer de más texturas en la imagen final.

Para aprovechas la sesión realicé una segunda fotografía con la modelo de pie apoyada en una pared de pizarra. La pared era muy oscura por lo que decidí mojarla y así producir brillos alrededor de su cabeza. Volví a utilizar la ventana octogonal pequeña para lograr un brillo circular.

Como la fotografía se realizó en exteriores, aproveché algo de la luz natural para que funcionase como luz de relleno a la luz que producía la ventana octa. Para ello trabajé con una velocidad de obturación no muy rápida y con un diafragma algo abierto.

Por último, quise aprovechar la sesión y probar los D2 y su sincronización a alta velocidad (HSS). Después de algunas fotos la modelo sintió mucho frío y decidimos que sería mejor dejar estas fotos para el verano.